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Tu 1ª Lección de Vida Anual o  factor de crecimiento personal hasta tu próximo cumpleaños, el Diez de Bastos – La Opresión, consiste en trabajar menos sabiendo distinguir entre lo que es fundamental y las tareas que te echas al  lomo para buscar aprobación o para huir de tus conflictos.  En este año lo fundamental es el trabajo interno.

Tu 2ª Lección de Vida Anual, El Ermitaño, consiste en hacer tuyo el mandato socrático: “Conocete a ti mismo”. Necesitarás tiempo libre, soledad, silencio y atención para hacerlo. El material a ser estudiado son tus reacciones ante las situaciones. No se trata de encontrar justificaciones fuera: “soy emocionalmente muy apagado porque soy Cáncer” o “soy vanidoso porque soy Gallo”.  Se trata de descubrir internamente porque esto te irrita, duele, te humilla o genera miedo o ansiedad. Ahí donde hay una subida o bajada del voltaje emocional, donde surgen impulsos inconscientes, ahí es donde hay que poner el foco de la atención. Si algo te sacude es porque tienes un área sensible creada en el pasado, generalmente en la infancia. Identificarla y percibir que lo que fue dramático e impactante, hasta el punto de crear esa área sensible cuando eras una niñita dependiente y vulnerable, puede no tener importancia para la persona adulta e independiente que eres hoy, forma parte de la sanación.

            Tu Desafío de este año natal, La Luna, es superar los miedos, especialmente los miedos a encarar tu sombra y así expresarte de una manera más auténtica. Los miedos son tus aliados pues identificándolos, trabajándolos y superándolos puedes dar un gran salto en tu evolución y hasta que no lo hagas vas a atraer exactamente aquellas situaciones que activan tus miedos. El tamaño del miedo es proporcional a la diferencia de tamaños entre quien colocó ese miedo y a quien le fue colocado. Por eso los mayores miedos proceden de la infancia. Usar los miedos actuales como un hilo conductor que nos lleve, pasando por todas las situaciones donde existió ese miedo, a la experiencia original y confrontarla con nuestro tamaño y conciencia actuales es la mejor manera para entender y minimizar el miedo. El tamaño del miedo es proporcional a la diferencia de tamaños entre quien colocó ese miedo y a quien le fue colocado. Por eso los mayores miedos proceden de la infancia. Usar los miedos actuales como un hilo conductor que nos lleve, pasando por todas las situaciones donde existió ese miedo, a la experiencia original y confrontarla con nuestro tamaño y conciencia actuales es la mejor manera para entender y minimizar el miedo.